En medio del caos, los gritos desesperados, y los policías y militares que tratan de formar una valla humana, un hombre fornido con camiseta azul camina tambaleante hacia un puesto médico.
Le ayudan dos soldados que lo sostienen en pie. Muy pálido, balbucea su nombre, Leonardo, dice que quiere regresar, porque no puede alejarse del lugar donde está su hijo.
A 30 metros se encuentran los restos de la escuela Enrique Rébsamen, que se derrumbó casi por completo por el sismo de magnitud 7,1 en la escala de Richter que, a pesar de tener su epicentro en Axochiapan, estado de Morelos, a 120 kilómetros de Ciudad de México, se sintió con fuerza este martes en la capital mexicana.
El movimiento ocurrió a la hora de clases, pero mientras seevacuaban las aulas parte del edificio colapsó, justo en la ruta de salida en caso de una emergencia.
El secretario de información Aurelio Nuñose confirmó este miércoles en su cuenta de Twitter la muerte de21 niños y cuatro adultos.
También escribió que 11 personas fueron rescatadas, mientras tres continúan desaparecidas -dos niños y un adulto.
Hay confusión respecto a cuántos se encuentran bajo los escombros o no, ya que tras el movimiento telúrico muchos padres se llevaron a sus hijos a casa.
La búsqueda desesperada de una niña
Los equipos de rescate están corriendo contra el reloj para salvar a sobrevivientes atrapados bajo los escombros de la escuela Enrique Rébsamen en la Ciudad de México que se derrumbó durante el terremoto del martes.
Uno de ellos es una niña de 13 años que está atrapada aunque estaría refugiada debajo de una mesa, según dijeron funcionarios a la BBC.
El miércoles, las brigadas de rescate detectaron que había una niña atrapada después de que ella moviera su mano entre los escombros.
No se informó sobre la identidad de la niña ni su condición, pero los rescatistas le suministraron comida y agua.
Quienes tratan de sacar a las personas bajo los escombros le dicen a Leonardo que uno de los muertos podría ser su hijo. Aunque no está claro.
Mientras, los soldados se le acercan con dos médicos. Es difícil saber cómo se siente porque los gritos alrededor no cesan.
"¡Oxígeno!", piden los que se encuentran sobre los escombros de la escuela y el mensaje se repite desesperado por la cadena humana hasta el lugar donde termina un cerco militar y policíaco.
La ayuda se envía desde ese sitio, a dos calles del desastre. Pero mientras llega, los gritos desesperados no cesan, lo que aumenta la sensación de urgencia en el de por sí dramático escenario.
Las cifras del terremoto que sacudió el centro de México este martes
230
personas muertas
100 de los fallecidos estaban en Ciudad de México, el lugar con más víctimas fatales
7,1 fue la magnitud del terremoto
32 años se cumplía ese mismo día del devastador terremoto que dejó miles de muertos en México
12 días antes hubo un temblor de magnitud 8,1 en el sur del país que dejó al menos 90 muertos
Leonardo intenta levantarse, pero uno de los médicos no lo deja. "Tienes la presión en 180. Te puedes infartar", le dice mientras aplica una inyección y luego le coloca una pastilla bajo la lengua.
"¿Cómo se llama su hijo?", le pregunto. El hombre sigue con la mirada fija en la escuela y me responde algo como "Alfredito".
No puede más. Una doctora le toma la barbilla y lo obliga a contar números, como forma de ayudarle a concentrarse y sacarle del shock en el que se encuentra.
"Tienes que estar fuerte cuando estés con él, el niño te necesita", suplica.
Diez minutos después logra incorporarse. Regresa lentamente a la escuela devastada.
"Escuché que cayeron piedras"
Para los habitantes de Ciudad de México el sismo de este martes no pudo ocurrir en peor momento.
Este 19 de septiembre se cumplieron 32 años del terremoto que en 1985 devastó extensas zonas de la capital del país.
De hecho, un par de horas antes del sismo se realizó un simulacro nacional de evacuación. En la capital del país muchos no lo atendieron.
Algunas de las zonas más afectadas entonces fueron las mismas que ahora sufrieron graves daños; es decir, colonias como Condesa, Roma, Centro o La Obrera.
Pero a diferencia de aquel terremoto que afectó sobre todo el área central de Ciudad de México, ahora el impacto afectó también a la región sur.
En ese área, el barrio de Coapa, se encuentra la escuela Enrique Rébsamen, al fondo de la Calzada de las Brujas, una estrecha calle de un barrio de clase media.
De entre las decenas de edificios derrumbados y personas atrapadas tras el sismo, el siniestro en el colegio es el caso más sensible.
Cientos de personas se acercaron para tratar de ayudar. Los familiares de los niños y maestros fueron virtualmente escoltados hasta los escombros del plantel.
La parte derrumbada era un edificio de tres pisos en el que se encontraban las aulas de kínder y primaria.
Es un colegio particular, muy conocido en el barrio. Algunos vecinos dicen que asistían alumnos de otras colonias.
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