Izquierdas e ideología bolivariana


En este trabajo se examinan los tipos de izquierda latinoamericana y se realiza un análisis crítico de las actuales formas de lucha ideológica antibolivariana. No se habla de izquierda, sino de izquierdas de acuerdo a la tipología basada en la categoría de Progreso; la cercanía o lejanía que tienen con el sistema capitalista o de acuerdo a la manera en que las izquierdas conciben alianzas políticas y diseñan formas de construcción social, además de su posición en cuanto al rol del Estado en la globalización. En este contexto, la ideología bolivariana, ligada a la izquierda revolucionaria, conforma la conciencia social de los pueblos y países de nuestra América correspondiente a los intereses de cambio de las actuales estructuras y relaciones sociales.

A más de una década del siglo XXI, los grupos de poder hegemónico latinoamericano pugnan por evitar la difusión, expansión y aceptación de la ideología bolivariana por parte de los actores políticos y los vastos sectores populares de la sociedad. A su vez, las organizaciones de izquierda se ven forzadas a eludir o asumir el ideario bolivariano que implica orientación revolucionaria. Para examinar la conexión entre izquierdas e ideología bolivariana, repasaremos los tipos de izquierda existentes en América Latina y nos detendremos en las principales formas de pensamiento antibolivariano, generadas en este subcontinente y de las que se nutre el neoliberalismo.

Algunos expertos prefieren hablar de izquierdas y no de izquierda. Este criterio clasificatorio se basa en la categoría Progreso; en la cercanía o lejanía que tienen estas organizaciones con el sistema capitalista. Así tendríamos: 1) izquierda democrática, liberal burguesa, ligada al sistema capitalista; 2) izquierda socialdemócrata, que pretende mejorar las condiciones sociales dentro del marco capitalista; 3) izquierda social, que es crítica del capitalismo, pero no le ve alternativa y 4) izquierda socialista, opuesta al capitalismo y propone nueva organización de la sociedad (Rafuls, 2005). Otra concepción, de acuerdo a la manera en que las izquierdas conciben alianzas políticas y diseñan formas de construcción social, clasifica en tres grupos a estas organizaciones: 1) un grupo de fuerzas capaz de derrocar gobiernos, pero que no logran articular un proyecto conjunto de transformación social; 2) un segundo grupo con gran trayectoria política en la oposición, que han concertado amplios proyectos políticos de reformas dentro del sistema capitalista y que ahora ocupan gobierno, casos en Brasil y Uruguay y 3) un tercer grupo, de grandes organizaciones políticas con más o menos trayectoria en la oposición, que antes de llegar al gobierno y después de esta conquista, proponen reformas más radicales que intentan dar al traste con el sistema capitalista, como es el caso del MAS de Evo Morales, en Bolivia, y el MVR en Venezuela con Hugo Chávez.

Otros estudiosos analizan la posición de las izquierdas en cuanto al rol del Estado en la globalización (Cardoso); mientras que los sectores sociales y políticos conservadores “de la derecha” se basan en el democratismo para aceptar, no sin reparos, o rechazar a las izquierdas. Esta última posición entiende por democracia únicamente al sistema sociopolítico que acepta la economía de mercado y privilegian los procesos electorales. Es decir, una falacia; puesto que correlacionan de manera simplista la categoría conceptual del mercado con el sistema capitalista, como si se trataran de dos maneras de llamar a la misma cosa además de circunscribir la democracia a un problema de sufragio. Estos defensores del capitalismo, olvidan o, no quieren reconocer que históricamente el mercado surgió antes que el capitalismo; que no por aceptar el mercado se acepta al capitalismo. En definitiva, la preferencia por hablar de izquierdas es un eufemismo para no hablar de la revolución social en el sentido leninista del término puesto que no toda izquierda es revolucionaria sino, incluso, lo contrario. En cuanto a la aceptación o el rechazo a la globalización, son muy pocos los que la consideran como una conspiración de los poderosos y no el resultado de un cambio estructural de índole mundial. En este sentido, se opera un proceso de reposición de las izquierdas frente a la globalización (Cardoso). Muy otra cosa es el neoliberalismo: actual ideología del imperialismo.

Una forma de lucha contra el neoliberalismo es la ideología bolivariana. En el pensamiento conservador latinoamericano de hoy existen dos formas de pensamiento antibolivariano: una corriente expresamente opuesta a dicho pensamiento que se basa en conocidas argucias heredadas desde los días de nuestra Independencia del colonialismo español, con aditamentos supuestamente novedosos. Entre los representantes de esta corriente tenemos, entre otros, a los autores del Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano: el colombiano Plinio Apuleyo Mendoza; el cubano Carlos Alberto Montaner y el peruano Alvaro Vargas Llosa (1996) y Herbert Morote, autor de la publicación Bolívar Libertador y enemigo N° 1 del Perú (2007). La otra corriente se disfraza del pensamiento bolivariano, ensalza con mucha retórica la figura del Libertador y lo presenta como a un gran reformador antes que a un gran revolucionario. Entre los representantes de esta forma demagógica de pensamiento están dos intelectuales venezolanos: el profesor Aníbal Romero, autor entre otros libros de La idea de la política en el pensamiento de Simón Bolívar (1983) y la historiadora Inés Quintero, cuyas publicaciones, como “Bolívar de izquierda, Bolívar de derecha” tienen un nivel muy inferior frente a lo mejor el pensamiento conservador latinoamericano de la primera mitad del siglo XX. Por ejemplo, Víctor Andrés Belaúnde, quien sostenía que “%uF05BBolívar%uF05D no recibió la influencia reformista, sino la influencia revolucionaria... a diferencia de los reformistas en que se sintetizan o armonizan la filosofía y el derecho tradicionales con las nuevas ideas, en Bolívar desde la primera juventud predomina, y de primera mano, la ideología del siglo XVIII sin las adaptaciones que entraña el reformismo español… en Bolívar el revolucionario aparece desde del primer instante” (Belaúnde,1977:117).

Inés Quintero pretende, realizar un deslinde ideológico entre un ideario bolivariano, que considera puro, estático e incontaminado, y un ideario que interpreta falaz; tendenciosamente repartido entre la derecha y la izquierda que se aprovechan de interpretaciones adulteradas del pensamiento escrito del Libertador. La derecha y la izquierda, según Quintero, violentan la unidad del pensamiento del Libertador; desconocen las condiciones variables y exigentes de su práctica política; desvirtúan su originalidad y audacia para elaborar un modelo rígido y tergiversado de sus ideas al desprenderla de su complejidad e historicidad. Asimismo, la autora venezolana se remite principalmente a los autores o líderes, de derecha e izquierda del siglo XX y sus seguidores, para argumentar su deslinde y para no declarar que la lucha antibolivariana se remonta a los mismos días en que vivió el Libertador; la misma que prosigue hoy. La delimitación temporal del escrito de Inés Quintero deja de lado importantes contribuciones bolivarianas como, por ejemplo, las del peruano Benito Lazo (1783-1862); el cubano José Martí (1853-1895) y muchos otros que trascienden cualquier taxonomía política de diestra o siniestra.

En conclusión, es una actitud reticente y un eufemismo desorientador hablar de un Bolívar de Izquierda o un Bolívar de derecha, reformista, mediador de conflictos, buscador de equilibrios o un Bolívar que no sea revolucionario. En este sentido, la ideología bolivariana está ligada a la izquierda socialista, revolucionaria. Por eso, la ideología neoliberal latinoamericana —principalmente en el Perú— combate a muerte la ideología bolivariana y le atemoriza que un líder nacionalista como el electo presidente Ollanta Humala, en el Perú, pueda convertirse, no en un chavista, sino en un verdadero bolivariano. La ideología bolivariana, como parte de la conciencia social de los pueblos y los países de nuestra América, está ligada a los intereses de cambio de las actuales estructuras y relaciones sociales sobre la base de la unión de los pueblos, la integración de los países, el internacionalismo y la tarea de formar una Patria Grande como fue el ideal del Libertador. Es la ideología latinoamericana más genuina por ser primigenia y creación propia. No fue importada ni de Europa ni los Estados Unidos de Norteamérica y, como lo dijera José Martí, “Ni de Rousseau ni de Washington viene nuestra América, sino de sí misma”.

BIBLIOGRAFÍA
APULEYO MENDOZA, Plinio et. al (1996). Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano. España: Plaza & Janes.
BELAÚNDE, Víctor Andrés (1977). Bolívar y el pensamiento político de la revolución hispanoamericana. Cuarta edición. Lima: Talleres Gráficos P. L. Villanueva S. A. 400 págs.
BOLÍVAR, Simón (1950). Obras Completas. Tres volúmenes. La Habana: Editorial Lex.
CARDOZO, Fernando Enrique (2008). “Las líneas de separación entre izquierda y la derecha son otras, pero existen”. Entrevista realizada por José Natanson. Caracas: En Nueva Sociedad, Nº 217.
MOROTE, Herbert (2007). Bolívar, Libertador y Enemigo N° 1 del Perú. Lima: Jaime Campodónico Editor. 227 págs.
QUINTERO, Inés. s.f. “Bolívar de izquierda, Bolívar de derecha”. En http//: www.simonbolivar.org/Principal/bolivar/bolizbolder.html
RAFULS PINEDA, Daniel (2005). “La izquierda en América Latina, entre la realidad de sus conflictos y la necesidad de sus alianzas políticas”. En www.nodo50.org/cubasigloXXI/politica/rafuls_280206.pdf
ROMERO, Aníbal (1983). La idea de la política en el pensamiento de Simón Bolívar. Caracas: Talleres litográficos de Gráficas Franco, S.R.L. 157 págs.

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