Con gran júbilo y rindiendo culto a la “pachamama”, ayer la población juliaqueña recibió el mes de agosto a través del tradicional C´hallachi, costumbre ancestral expresada en la entrega de ofrendas a la madre tierra, recojo de piedrecillas de los ríos y la purificación de las casas con incienso, agua bendita y flores.
Desde tempranas horas, gran parte de la población juliaqueña acudió a los ríos Maravillas, Unocolla, y otros que hay en la ciudad, para recoger piedrecillas planas que simbolizan el dinero y la abundancia, que previa bendición o C´halla, son guardadas como amuletos que traerán expansión y bienestar para los negocios, trabajos o cualquier propósito que se persiga.
JULIACA LA INGENIOSAEn la Ciudad de los Vientos, la frase “en Juliaca hasta las piedras se venden” no se dice en vano. Esta fecha es propicia para validar esta expresión, ya que los pobladores calceteros hacen uso de su creatividad para darle valor especial a un elemento utilizado dentro de las prácticas ancestrales más arraigadas en esta parte del altiplano.
Apostados en las calles aledañas a la Laguna Temporal, ingeniosos comerciantes acondicionaron sus puestos para expender estas piedras planas, quienes sin importar el intenso frío, extrajeron las piedras de los ríos de la localidad en las primeras horas de la mañana y, después, las ofertaron a los mejores postores de la ciudad calcetera.
MÁGICO AGOSTOQuienes desde sus ancestros practican esta costumbre, manifiestan que de acuerdo al calendario andino, agosto es conocido también como el “mes caliente”, periodo del año en el que fluye un ambiente mágico que augura prosperidad para cumplir cualquier propósito anhelado.
Según los yatiris “Don Teófilo y Ana Chura”, procedentes de la ciudad de Copacabana - Bolivia, este mes es el propicio para realzar cualquier acción o proyecto que se haya planificado; por tanto, fluye una energía especial para casarse, realizar pagos a la “pachamama”, iniciar algún negocio y emprender alguna otra aspiración.
La pareja de sabios andinos refieren que esta es una de las costumbres que tienen en común Perú y Bolivia, ya que en esta fecha confluyen en una simbiosis con prácticas nuevas, como la utilización de las bocas de sapo, que en su país rinden culto a la virgen de Lourdes. Cabe añadir que también consideraron a los quirquinchos, inciensos, agua bendita, entre otros, al momento de señalar parecidos.
Fuente: Los Andes
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