El destino incierto de un ex recluso asesino y psicopata


Según la doctora Esperanza Muñoz Zafra, la psicosis es un trastorno mental mayor, conocido como la locura en sí, que deteriora la capacidad de pensar, de responder emocionalmente, recordar, comunicar e interpretar la realidad; patología que en el peor de los casos lleva a planificar y/o cometer con frialdad un crimen. Tal es el caso de Néstor Mamani Rojas, ex convicto que podría regresar a la cárcel, si ninguna institución se hace cargo de él. Un peligro para la sociedad con destino incierto.

La situación de Néstor Mamani Rojas (40), ex recluso y diagnosticado con un trastorno psicótico, es aun incierta, pues teniendo en cuenta que los sonados homicidios cometidos que consternaron a la sociedad juliaqueña hace unos años, su patología y prontuariado historial criminal lo hacen indeseable para cualquier institución que evaden recibirlo.

Sobre los antecedentes de Mamani Rojas pesan dos asesinatos, habiendo purgado una condena de ocho años de pena privativa de la libertad en el penal de La Capilla por el delito de homicidio calificado contra uno de ellos. Félix Apaza Quispe fue el infortunado comunero del centro poblado de Isla, sector cantería, quien pereció degollado en el año 2003.

Además, eso no sería el peor de sus crímenes. Como sostienen varios de los comuneros del sector y como reza en los partes policiales, el sádico hombre antes de ultimar a Apaza Quispe, habría asesinado a su padre, cercenándole su órgano viril para luego comérselo. Hecho por el que inexplicablemente no purgó condena.

VOLVIÓ A LAS ANDADAS
El 12 de julio pasado, Mamani Rojas fue excarcelado tras cumplir con la condena de ocho años de pena privativa de la libertad en el penal de La Capilla por el asesinato de Apaza Quispe; no obstante, al día siguiente, su naturaleza psicótica, nuevamente desató su delirio por saciar sus ansias de perpetrar un asesinato.

Esta vez la víctima fue su propia madre, Lidia Rojas Coaquira (80), humilde mujer que por su avanzada edad y su deteriorado estado de salud, estuvo a punto de perecer en sus manos. “Te vas a ir limpiecita al cielo”, le habría dicho bañándola antes de cometer el parricidio.

Luego de que la octogenaria fuera rescatada por la policía, se constató que el psicópata incluso había cavado un hoyo a unos cuantos metros de su casa para enterrarla, pero gracias a la oportuna intervención de los comuneros de Isla frustraron sus desquiciadas intensiones.

Es justamente por este último delito, contra la vida el cuerpo y la salud, en su modalidad de tentativa de parricidio, que el ex convicto psicópata vuelve a manos de los órganos de justicia, que ante la negativa de ser recibido por las instituciones pertinentes, aun tiene de morada el local de la Policía Judicial de Juliaca.

NADIE LO QUIERE
Teniendo en cuenta las pericias psicológicas que se le practicó durante su periodo de internamiento a Mamani Rojas, y que concluyera con el diagnóstico de un trastorno psicótico; la jueza María Angélica Catari Espinoza, del segundo juzgado de investigación preparatoria de San Román, ordenó su internamiento en el Centro de Salud Mental Moisés Heresi de Arequipa.

Para mal, mediante el oficio Nº 192-2011-SBPA-CSMMH, la referida institución de salud le niega el internamiento a Mamani Rojas, argumentando entre sus tantas razones, el no cumplir con hospitalizaciones prolongadas en indefinidas, no aceptar personas por mandato judicial por necesidades de otra índole, el escaso presupuesto para cubrir su tratamiento, entre otros motivos.

Sin remedio, lo enviaron de regreso a Juliaca y actualmente la Policía Judicial se hace responsable de él. Internado en la carceleta, sin familiares que velen por él y con el peligro que representan sus facultades mentales para la ciudadanía, no se sabe cuál será su destino.

La situación se agrava, si antes la Sociedad de Beneficencia Pública de San Román se negara a recibirlo, razones que no son difíciles de entender si tenemos en cuenta el historial criminal y el grado de peligrosidad que representaría para la institución, además de carecer de las condiciones especiales de las cuales requiere.

EL INPE Y LA RESOCIALIZACIÓN
Para el coordinador de la Segunda Fiscalía Penal Corporativa de San Román, Rafael Salazar Peñaloza, en este caso juega un rol fundamental la función de resocialización que debe cumplir el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), pues ellos contarían todo el equipo logístico para contribuir en algo a la rehabilitación de este tipo de personas.

De cara a las posibilidades viables, Salazar Peñaloza manifestó que podría solicitarse para Néstor Mamani Rojas el internamiento preventivo, equivalente a la prisión preventiva, en el Penal de la Capilla; aunque se agotarían todas las formas para que sea derivado a una institución que le garantice su tratamiento en aras de salvaguardar la seguridad de la ciudadanía.

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